Pure Love

Su rizado pelo le caía tapando sus empapados ojos azules, las lágrimas recorrían sus mejillas hasta que caían, mojando la rosa roja que había comprado poco antes. Era casi de noche, iban a cerrar en poco tiempo pero Laura no tenía mucho que decir.
- Ya sé que odias verme llorar, de verdad que lo siento_ susurraba con voz temblorosa una y otra vez, mientras de sus ojos no paraban de manar pequeñas lágrimas. Te prometí que no lo haría y mírame_ dijo levantando la cabeza, su mirada triste y enfadada al no encontrar a nadie volvió a esconderse bajo la maraña de pelo.
Sus sollozos no le permitían hablar demasiado, pero sacando fuerzas se levantó. Hizo el amago de irse, pero se volvió y siguió:
- ¿Te acuerdas de cuando nos vimos por primera vez? Yo sí … posiblemente, tú no_ la rabia empezó a emerger de nuevo en su rostro en forma de lágrimas. Nos presentó tu prima y casi no volvimos a hablar hasta unos meses después que fui a tu casa con Sandra, me enseñaste tu habitación y me hablaste de tu novia ¿te acuerdas?
Se sentó otra vez en el suelo y volvió a sumirse en lágrimas, pero esta vez siguió hablando:
-En el último cumple de Sandra volvimos a coincidir. Ese día llevaba vestido y te acercaste con Sandra. Al principio no recordabas del todo quien era, intentaste disimular pero se te da bastante mal ¿sabes?_ dijo con una sonrisa triste en los labios. Luego tu prima se fue y hablamos durante un tiempo, me dijiste que te gustaba mi vestido, que estaba muy guapa y que a ver si nos veíamos más a menudo. A lo mejor de eso sí te acuerdas_ dijo volviendo a sonreír. Hizo una pausa y siguió: nos veíamos todos los días a la salida del insti, pero hasta ese día ni siquiera me saludabas. Empezaste a saludarme y eso para mi ya significaba mucho
*También me acuerdo de la última noche que te vi, estabas en el parque con tus amigos. Esa noche sí que hablamos, había discutido con estas y tu viniste a consolarme. Me dijiste que te gustaba más guapa cuando sonría y que por favor no llorara más. Se acabaron las lágrimas te dije yo sonriendo. Hablamos durante horas, pero luego te fuiste.
Se volvió a poner de pie. Recorrió los alrededores con la mirada y continuó:
- Hoy es San Valentín,_las lágrimas aparecieron en su rostro de nuevo_ ella no se acuerda de todo lo que pasasteis, pero yo no puedo. No puedo olvidar ninguno de los instantes en los que te vi, aunque no fueras consciente de que yo estuviese allí. No puedo olvidar tus ojos, ni tu sonrisa, ni la forma en que miraste la última vez que nos vimos. Por eso he venido hoy, necesitaba decirte … decirte que …
Volvió a caer al suelo, esta vez las lágrimas no paraban de correr por su rostro. Su voz se quebraba a cada intento por hablar. Finalmente dejó la rosa en el suelo y besando la lápida susurró: Te Quiero.